Para nosotros, esto significa que la comunidad escolar y su trabajo educativo debe tender a construir una alianza escuela y familia, de modo que esté siempre profundizándose, evaluando y replanteándose cada cierto tiempo.

Hemos hecho este aprendizaje sobre esta alianza porque padres y madres, tienen en sus manos entre tantas y vitales tareas, la labor socializadora y educativa sobre sus hijos e hijas.

Esta socialización a la que nos referimos como labor familiar se produce de acuerdo con su particular modo de vida, que está influenciado por la realidad social, económica e histórica en que está inserta, así como por esos pequeños círculos de relaciones en que participa. Aquí están los parientes y las amistades, otros importantes agentes de socialización (Comellas & Lojo).

Además de pensar en la alianza familia y escuela, miramos al círculo familiar como la primera escuela de los valores humanos. Allí se aprende el buen uso de la libertad, se promueve el discernimiento crítico sobre los mensajes de los medios de comunicación -sobre todo lo que llega a través de las redes sociales-, se aprende a esperar y no aplicar algo que llamamos “velocidad digital” (rápido, inmediato, sin reflexión), en todos los ámbitos de la vida.

En esta primera escuela de valores humanos, niñas y niños adquieren la capacidad de colocarse frente al otro para escuchar, compartir, respetar, ayudar y convivir.

Desde lo que hemos ido aprendiendo en relación con la alianza familia y escuela, compartimos algunas pistas:

- Cuando el involucramiento de la familia es activo, la asistencia al colegio de los hijos e hijas aumenta, disminuye la deserción, lo que lleva a estar más tiempo bajo un ambiente de aprendizaje.

- Asimismo, incrementa en los niños la motivación por aprender, se sienten más satisfechos con la escuela, disminuye el uso de drogas, de alcohol y los comportamientos violentos. Además, los niños presentan mejor rendimiento en lectura y matemáticas y con ello disminuyen los índices de repitencia. (Alianza Efectiva Familia Escuela, Valoras UC).

- Desde un enfoque dialógico, se plantea que el aprendizaje depende más de la coordinación de las interacciones que tienen lugar en contextos diversos en que niñas y niños están inmersos, por sobre lo que ocurre en las mismas aulas. (Elboj).

- Finalmente, para la sociedad, es importante que reafirme la alianza escuela y familia y la comunidad cristiana a través del aporte de las escuelas católicas. Estos establecimientos desarrollan una función vital de ayuda a los padres en su deber de educar a los hijos. Las escuelas católicas deberían ser alentadas a ayudar a que sus alumnos crezcan como adultos maduros, que miren como lo hace Jesús, es decir, con los ojos del amor. Así, comprenderán su vida como una llamada a servir a Dios. (Sínodo de los Obispos, 2015)

Fuente: Comunicaciones Red Educacional Santo Tomás de Aquino