Yanyra Valderrama, profesora emblemática del CEMLAP
16 de Enero de 2020

Después de 45 años de trabajo en el Complejo Educacional Monseñor Luis Arturo Pérez, la docente se jubiló en medio del cariño y el reconocimiento de sus compañeros de labores y de la comunidad escolar en general, como igualmente de los directivos de la Red Educacional Santo Tomás de Aquino.

Yanyra Valderrama Barrientos llegó a trabajar al Complejo Educacional Monseñor Luis Arturo Pérez en 1974, cuando el establecimiento era una modesta  escuela que tenía el número 68,  y los vecinos de la población José María Caro la llamaban cariñosamente “ La Santo Tomás”. Ella recién se había  titulado de profesora de Educacional General Básica, con mención en Castellano, en el legendario  Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile. 

Al hablar de su vida y experiencia laboral, Yanyra lo hace con pasión y emotividad. Nació en Puerto Montt, “hermosa ciudad del Sur de Chile”. Tiene  5 hermanos. Estudió de 1° a 4° básico en el antiguo colegio “San Juan de Dios”, de calle Buzeta. “En 5° básico ingresé al Liceo N°3 de niñas, ya que mis padres, consideraban que la educación era lo más importante para sus hijos, y estaban en lo correcto. Al año siguiente de salir de 4° Medio ingresé al Pedagógico de la Universidad de Chile a estudiar pedagogía en Educación General Básica con Mención en Castellano”, cuenta con orgullo.

Hoy está casada, 46 años de matrimonio.  Tiene dos hijos y cuatro nietos, dos niños y dos niñas. Se ve plenamente feliz. Además, del amor por la docencia, tiene otras dos grandes pasiones: el sindicalismo y la fotografía.   

Su vida laboral 

¿Qué siente al dejar su trabajo?

Al dejar mi escuela (sic), diversos sentimientos me embargan; la nostalgia de terminar el vínculo con los niños y niñas que me llenaba de energía y afectos. También extrañaré a mis compañeros y amigos con los que formamos equipos de trabajo y realizamos muchas actividades en beneficio de nuestros estudiantes y de nosotros como comunidad educativa.

¿Qué situaciones de su vida laboral destacaría?

En primer lugar, destaco mi labor de maestra, como menciona Gabriela Mistral, mi afán de servicio a los más vulnerables, a aquellos que la sociedad ha postergado y que no han tenido los mismos privilegios que otros niños que pueden disfrutar de viviendas cómodas, lugares de esparcimiento y recreación donde pueden realizar deportes y otras actividades.

Mi interés permanente de enseñar durante 45 años como profesora jefe y de lenguaje (antes castellano) y que, por medio de la literatura, pueden disfrutar de espacios desconocidos que llenan de encanto su imaginación.

También destaco mi labor social realizada en el sindicato desde 1978 (solo interrumpida en un corto período). Actualmente los colegios tienen sus propios sindicatos a uno de los cuales yo pertenezco. Además debo destacar mi labor en la fotografía cuyo hobby me ha servido para inmortalizar hermosos momentos vividos a través de los años.

¿En lo personal y profesional, qué le dejo su paso por el CEMLAP?

Me es difícil separar lo personal de lo profesional, son 45 años, toda una vida en los que compartí alegrías y penas, triunfos y derrotas, formando a mis estudiantes y entregando valores para su crecimiento personal, y sobre todo, afecto. Mientras que en el ámbito sindical fueron muchos los logros, especialmente involucrar a los trabajadores en la organización bajo el convencimiento que unidos se pueden tener grandes logros. Así engrandecimos nuestro sindicato. Siento que ha sido una labor cumplida y también los errores que pude haber cometido me sirvieron para crecer.

¿Qué personas en su vida laboral la marcaron?

En mi trabajo, como lo he comentado en otras oportunidades, la primera Rectora Hermana Franciscana, Ana María Farré Calveras, fue un gran impulso en mi labor docente, por su abnegada labor y su compromiso con la educación. Posteriormente llegaron a la comunidad las Hermanas de la Consolación quienes con su carisma y espíritu consolador también me ayudaron en mi formación.

¿Cómo fue su relación con la Fundación Educacional Sociedad de Escuelas Católicas Santo Tomás de Aquino?

Con la Sociedad de Escuelas Católicas tuvimos una relación de empleador y trabajador, sin embargo en los momentos difíciles siempre hubo la posibilidad de buscar una salida conveniente para ambas partes. Debo destacar que en la actualidad la relación con la Fundación es buena y nos ha traído grandes avances, como un casino para los trabajadores, beneficio que nunca existió y un reconocimiento de los años de servicio, beneficio recuperado después de muchos años.

¿Cuál es su mensaje  para quienes siguen trabajando en el CEMLAP, especialmente para los estudiantes?

Para quienes siguen trabajando, principalmente pongan amor, dedicación y esmero en lo que hacen, ya que “nadie puede dar lo que no tiene” y a los estudiantes que ocupen su tiempo en actividades que contribuyan a hacer de ellos unas mejores personas.

 

Fuente: Comunicaciones Red Educacional Santo Tomás de Aquino

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