Hasta esta localidad, ubicada en el sector cordillerano de la Región de Ñuble, viajaron 38 estudiantes, 4 exalumnos, 4 profesores y una secretaria de este establecimiento para realizar labores de evangelización y trabajos voluntarios en favor de la comunidad.
Durante seis días, del 13 al 18 de diciembre pasado, los misioneros del Liceo Miguel Rafael Prado llenaron de fe y alegría a los habitantes de San Fabián de Alico. Las actividades diarias comenzaban muy temprano en la mañana con una oración, luego del desayuno hacían un puerta a puerta por todo el pueblo. Por la tarde, se reunían en la plaza para realizar dinámicas, juegos y karaoke para niños y jóvenes. El día terminaba con una eucaristía presidida por el Padre Iván Leng, capellán del establecimiento.
“Al igual que el año pasado, en esta oportunidad también realizamos trabajo voluntario en bien de la comunidad, pintamos una capilla, sacamos escombros en algunas casas”, señaló Christian Ahumada, Encargado de Pastoral del Liceo Miguel Rafael Prado.
“Esta experiencia me marcó muy profundamente, especialmente por las visitas que realizamos a las personas de la tercera edad que se encuentran muy solas y abandonadas. Lo que más me marcó fue el testimonio de la señora Amanda de 95 años que vivía sola, se preparaba su comida y salía a caminar apoyada en su burrito. La enseñanza que me deja esta experiencia es que debemos cuidar a las personas ancianas”, dice Daniela Sepúlveda.
Su compañera Tiare Pavez indica que lo vivido le ha enseñado a valorar lo que tiene. “La señora Amanda vivía sola, sin hijos, sin familia, y aun así era feliz, era capaz de salir adelante. A veces nosotros bajamos los brazos ante problemas insignificantes y no vemos las cosas importantes de la vida”.
“Nunca debemos dejar a una persona sola porque siempre necesitamos compañía. Nuestra misión fue animar a la gente, llevarle alegría, como lo hacía San Alberto Hurtado”, acota César Bazán.
Fuentes: Pastoral Liceo Miguel Rafael Prado