Estamos viviendo los últimos días de esta Cuaresma 2017. “Que este tiempo nos ayude a ser hombres y mujeres de paz y de reconciliación con el Señor, con uno mismo y con los demás”, señala el Padre Jakobus Ginting, capellán del Liceo San Francisco, en una reflexión publicada en la web del mencionado establecimiento.
A continuación publicamos el texto completo de la reflexión del padre Jakobus Ginting:
La Cuaresma (en latín: quadragesima, ‘cuadragésimo día antes de la Pascua’) es el tiempo litúrgico del calendario cristiano destinado a la preparación espiritual de la fiesta de la Pascua, es decir, de la vivencia de la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo.
Se trata de un tiempo de conversión y reconciliación. Es tiempo para arrepentirnos de nuestros pecados y de cambiar algo de nosotros para ser mejores y poder vivir más cerca de Cristo.
La Cuaresma dura 40 días; comienza el Miércoles de Ceniza y termina con el sábado antes del Domingo de Ramos, que da inicio a la Semana Santa.
En la celebración de Miércoles de Ceniza se realiza el gesto simbólico de la imposición de ceniza en la frente o en la cabeza de los fieles católicos. La ceniza representa la destrucción de los errores y del pecado, y la pequeñez de las criaturas y de los seres humanos frente a su Creador. Mientras el sacerdote impone la ceniza dice una de estas dos expresiones: "Arrepiéntete y cree en el evangelio" (Mc 1,15) o "Acuérdate de que eres polvo y al polvo volverás" (Gén 3,19).
A lo largo de este tiempo de Cuaresma, la iglesia nos invita a rezar, ayunar o hacer penitencia y ser caritativos y solidarios con los más necesitados: Rezar para que se fortaleza nuestra vida espiritual; ayunar y hacer penitencia para que podamos resistir y hacer frente a las tentaciones que nos rodean; ser caritativos y dar limosna para que podamos ver las necesidades de los demás y responder a ellas.
Por ello, queremos invitarles a vivir este tiempo como una oportunidad para el perdón y la reconciliación fraterna, y construir un ambiente sano para la educación de nuestros niños, niñas y jóvenes en nuestro Liceo. Que cada día sea un momento oportuno para sacar de nuestros corazones el odio, el rencor, la envidia, los celos que se oponen a nuestro amor a Dios y a los hermanos.
Con acciones generosas y solidarias, queremos ser menos yo, más nosotros y abrazar a todos como hermanos sin distinción. Que el tiempo de Cuaresma nos ayude a ser hombres y mujeres de paz y de reconciliación con el Señor, con uno mismo y con los demás. Que seamos también constructores de paz como nos enseña nuestro patrono San Francisco de Asís. ¡Paz y bien a todos!
Que el Señor Jesucristo nos esté siempre presente en nuestro lado y San Francisco nos acompañe.
Fraternalmente en San Francisco de Asís.
P. Jakobus Ginting OFMConv.
Capellán de LSF