“Todos han reconocido, con razón, su liderazgo providencial en una hora en que no sólo se necesitaban convicciones democráticas, sino también un estilo de vida coherente”, señaló el Arzobispo de Santiago en su homilía.
Sobre su humanismo cristiano el arzobispo destacó: “Él tenía claro que el Señor Jesús había venido a redimir a toda la humanidad. De ahí su vocación política que entendía como tratar de construir una sociedad a la altura que merezca llamarse Reino de Dios, ya en esta vida, y justa para todos, especialmente para los más pobres”.
Más adelante el cardenal manifestó que Patricio Aylwin fue un político de excepción: “Don Patricio ha honrado la vocación más señera del servicio público, en decenios muy críticos de nuestra historia, como también en años en que vivimos una dolorosa desafección tanto de los políticos como de quienes ejercemos diversos tipos de autoridad. Él ha encarnado esa vocación de manera encomiable, siendo coherente con sus convicciones, con su fe católica y el mensaje evangélico. Por esa razón, me parece muy justo rendirle el tributo de su Iglesia, y de tantos y tantas que le han manifestado su admiración, cariño y respeto”.
Luego hizo alusión a su decisivo rol como Presidente de la República: “Don Patricio ejerció la Presidencia de la República con espíritu de servidor, procurando reunir a un pueblo que optaba por vivir en democracia. La ejerció desde sus primeras palabras en el Estadio Nacional cuando este hombre, habitualmente sereno, alzó la voz para afirmar que sería presidente de todos los chilenos, de civiles y también de uniformados porque “¡Chile es uno solo!” Y así fue”.
Finalmente se refirió a la familia del ex presidente: “Usted cumplió su misión junto a la señora Leonor y a su querida familia, hijos e hijas, hoy nietos y bisnietos, convencido como estaba de que un político no puede arriesgar a su familia a cambio de su dedicación a la cosa pública. Y así han permanecido unidos, y muy unidos hasta estos días, dando un hermoso testimonio de amor conyugal y familiar durante más de 67 años de vida matrimonial”.
Al concluir la homilía, el cardenal Ezzati entregó a la esposa de Patricio Aylwin, Señora Leonor Oyarzún, la condecoración póstuma "Cruz del Apóstol Santiago", con la cual la Iglesia de Santiago agradece a quienes se destacan por su servicio cristiano a la sociedad.
Fuente: Comunicaciones Santiago