Diciembre es un mes con varios hitos para los católicos. El primero es la finalización del Mes de María con la Fiesta de la Inmaculada Concepción. Nuestro querido Santuario, ubicado en la cumbre del Cerro San Cristóbal, recibe a miles de creyentes, provenientes de todo Chile, que buscan encomendar sus preocupaciones a la madre de Jesús o darle las gracias por lo vivido este 2015 que termina.

El segundo es el comienzo del Año Jubilar de la Misericordia con la apertura de la Puerta Santa. Nuestro templo jubilar, la Parroquia Nuestra Señora del Rosario, los espera para que -tras cumplir los requisitos necesarios- podamos recibir la indulgencia plenaria o remisión de la pena temporal de nuestros pecados y así vivir el este Año de Gracia del Señor. El papa Francisco nos dijo cuando anunció este año de gracia: "Estoy convencido de que toda la Iglesia, que tiene una gran necesidad de recibir misericordia, porque somos pecadores, podrá encontrar en este Jubileo la alegría para redescubrir y hacer fecunda la misericordia de Dios, con la cual todos estamos llamados a dar consuelo a cada hombre y a cada mujer de nuestro tiempo. No olvidemos que Dios perdona todo, y Dios perdona siempre. No nos cansemos de pedir perdón".

Finalmente Navidad es tiempo de regalar, regalarse y entregar misericordia, es decir, poner nuestro corazón en los lugares de miseria. Esto no puede hacerse sin salir a las periferias materiales y existenciales, como nos pide nuestro pastor. Y no podemos llegar a ellas sin conmovernos por su humanidad y fragilidad. Allí también está Jesús. Esos son los pesebres de hoy en día. Como los pastores de Belén, vamos a visitarlo a través de las Cajas de Navidad, de obras de misericordia y de crear un ambiente de paz y reconciliación. 

Fuente: www.iglesiadesantiago.cl