Estimados colaboradores y estimadas colaboradoras,

Al aproximarse Navidad les quiero hacer llegar un cordial saludo a cada uno de ustedes, y muy especialmente a sus familias. Haciéndome eco de las palabras del Papa Francisco, los invito a celebrar este gran acontecimiento muy unido a sus seres queridos y en un ambiente de austeridad, "libre de toda mundanidad", como lo señalara el Papa en el Angelus del domingo 21 de diciembre. Recordemos que Jesús, el hijo de Dios, nació pobre y humilde, en una pesebrera en las afueras de Belén. ¿Por qué quiso nacer en esas condiciones? Es una pregunta que bien vale la pena reflexionar hoy.

En Navidad, los cristianos celebramos el gran regalo que Dios nos hace: donarnos a su propio Hijo para nuestra salvación. Este es el verdadero sentido de esta fiesta. Vivámosla con este espíritu de alegría y esperanza.

En estos días se vienen a mi mente tantos acontecimientos y situaciones vividas en este año que está por culminar, especialmente los relacionados con la vida de nuestros colegios. En esos niños, niñas y jóvenes que nos corresponde servir está el Niño Jesús. Por ello que nuestra misión educativa es tan relevante y trascendente. Les agradezco la generosidad y el compromiso demostrado en este tiempo.

Extendamos el espíritu de Navidad para todo el nuevo año que se inicia. Así nuestra misión será grata y reconfortante. ¡Qué el Señor de la Vida los anime y nos acompañe a todos en nuestra vida familiar y de Trabajo!

Feliz Navidad y un Año Nuevo con muchas alegrías y bendiciones.

Un abrazo,

Sandra Urrutia Bravo

Directora Ejecutiva SECST