Obispo Auxiliar y Vicario General de Santiago aborda este candente tema en la Editorial de la edición de noviembre del periódico Encuentro.
El Obispo Auxiliar y Vicario General de Santiago, Monseñor Fernando Ramos, Presidente de la Sociedad de Escuelas Católicas Santo Tomás de Aquino, reflexiona sobre el rol educador de la familia, en la Editorial de la edición de noviembre del periódico Encuentro, publicación oficial del Arzobispado de Santiago.
"Una de las características fundamentales de la familia, de la que curiosamente se habla muy poco, es la dimensión educadora y humanista. En la familia se aprende a vivir, a reconocer al otro como hermano, a la vida personal como un don de amor de los padres. También en la familia se acoge al hermano enfermo, al hijo caído y al padre ausente. Si bien en su seno se pueden cultivar actitudes egoístas e incluso violentas, es allí donde se puede modificar todo aquello que se opone a la comprensión e intolerancia entre las personas", señala Monseñor Ramos.
La Editorial señala textualmente:
La dimensión educadora de la familia
En el pasado mes de octubre, comenzó el Sínodo de la Familia en Roma. Por primera vez, un Sínodo se hará en dos momentos. El primero ha sido este año, con la asistencia de los Obispos presidentes de las Conferencias Episcopales nacionales. El segundo será en octubre del próximo año, con una mayor cantidad de representantes. En ambas ocasiones se está reflexionando acerca de los desafíos pastorales de la familia en el contexto de la evangelización.
La atención de los medios de prensa internacional se ha focalizado sobre algunos aspectos particularmente controvertidos, como la situación de los católicos divorciados vueltos a casar o las uniones entre personas del mismo sexo. No obstante la importancia de estos temas y del modo que se ha de emplear para acoger pastoralmente estas delicadas situaciones, la atención de la Iglesia por la familia no se reduce a estas realidades.
Una de las características fundamentales de la familia, de la que curiosamente se habla muy poco, es la dimensión educadora y humanista. En la familia se aprende a vivir, a reconocer al otro como hermano, a la vida personal como un don de amor de los padres. También en la familia se acoge al hermano enfermo, al hijo caído y al padre ausente. Si bien en su seno se pueden cultivar actitudes egoístas e incluso violentas, es allí donde se puede modificar todo aquello que se opone a la comprensión e intolerancia entre las personas.
Incluso más, es en la familia donde podemos aprender a ser generosos, a dar más de nosotros mismos y a entender que nadie sobra en esta vida. En este número de Encuentro podremos conocer un hermoso testimonio de un matrimonio que decidió adoptar póstumamente a niños sin vida que fueron encontrados en el basural de Puerto Montt. Es una historia de amor y compromiso generoso. Es una historia que nos permite reconocer en valor inconmensurable de la vida, de la familia y de nuestras familias.
+Monseñor Fernando Ramos Pérez
Obispo Auxiliar de Santiago
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