Arzobispo de Santiago expuso sobre este tema en el IV Congreso Nacional de Educación Católica. En el mencionado evento también intervino el Vicario para la Educación, Padre Tomás Scherz.
Bajo el lema "Por una educación inclusiva y de calidad", se realizó el 5 y 6 de noviembre el IV Congreso Nacional de Educación Católica, en el Instituto Alonso de Ercilla de Santiago, organizado la Federación de Instituciones de Educación Particular (FIDE). En el segundo día de trabajo, intervino el Cardenal Ricardo Ezzati, quien presentó el tema "La calidad educativa en la Iglesia de hoy".
El Arzobispo de Santiago comenzó señalando que hablar de la calidad en la educación "ya es un lugar común", pero tenemos que saber de qué hablamos exactamente para poder utilizar el término. Al respecto dijo que se trata de desarrollar potencialidades, un conjunto de atributos que los alumnos puedan asimilar. Así, la calidad serían valores y principios que les permitan a los estudiantes, servir al bien del común del país. "Sin vigilar será fácil caer en reduccionismos creyendo que la calidad es solo adquirir conocimientos y saberes".
Al ahondar sobre la calidad de la educación, el cardenal Ezzati indicó los siguientes puntos: educar es una cercanía y confianza que nace del corazón; superar la tentación de creer que la buena educación consiste solo en el saber; encontrar un equilibrio para el correcto uso de la libertad y la responsabilidad; el educador debe ser un verdadero testigo de los valores da la vida que sustenta con su enseñanza y testimonio; y la necesidad de encaminar a los niños y jóvenes hacia lo trascendente y a Dios.
Ponencia del Vicario para la Educación
En el mencionado congreso, también intervino el Vicario de la Educación del Arzobispado de Santiago, Padre Tomás Scherz, quie se refirió a la inclusión, que es tarea de todos.
Al inicio de su exposición, el Vicario para la Educación reconoció la necesidad de una reforma educacional, pero cuestionó la planteada por el gobierno por "parcial, técnica, todavía sin una evaluación del hecho educativo propiamente tal".
Agregó que "hubiésemos querido que si se trata de la calidad de la educación, se hubiese comenzado por la carrera docente, es decir, que la calidad entre en la sala. Habríamos esperado que se solucione la educación pública; es una crítica en el orden de los proyectos".
Una pedagogía del amor
En base al documento de trabajo "La inclusión, expresión de nuestra identidad católica", el P. Tomás Scherz expuso en torno a algunos de los desafíos actuales de la escuela católica.
En este sentido, y tomando como base el texto "Educar hoy y mañana, una pasión que se renueva", de la Congregación para la Educación Católica, señaló que "los profesores están llamados a afrontar un gran desafío educativo: el reconocimiento, respeto y valorización de la diversidad. Las diversidades sicológicas, sociales, culturales o religiosas no deben ser escondidas o negadas, más bien deben ser consideradas como oportunidad y don".
Y concentró su exposición en el ejemplo de Jesucristo. "Lo sabemos, la acogida, la cercanía, el reconocimiento del otro, independiente de sus características, de su procedencia, incluso del comportamiento de sus interlocutores, marcaron la forma en que Jesús se relacionó con las personas de su época", afirmó.
Jesús, continuó, sabía que "se le acuñaba el apodo de comilón y borracho porque andaba con malas juntas. Recorrió Galilea con ignorantes y pescadores que no sabían leer, que no habrían pasado la PSU, se dejó tocar por mujeres de mala fama, se compadeció de locos y poseídos".
Y agregó que "en Jesucristo, el mismo Dios busca ser incluido en la convivencia humana, precisamente para enseñarnos una pedagogía del Amor. Es Dios el que busca incluirse entre nosotros".
Por el contrario, si la educación es concebida como la búsqueda de resultados, como un producto, de acuerdo a la tesis de Zygmunt Bauman, "entonces evidentemente que la selección sí tiene sentido, pues para ello uno se puede especializar en las áreas académicas, las deportivas, las sociales y ahí se escoge siempre a los mejores", apuntó.
Sin embargo, "la selección se vuelve un obstáculo en la educación, cuando la transforman en un resultado extra convivencial, probativo y no en lo que le es propio: extraer lo primordial de cada persona en vista del bien común; educere: un bien donde caben todos y no se excluye a nadie, como el Reino anunciado en las Bienaventuranzas", sostuvo.
El Padre Scherz se refirió a tres principios de la pedagogía católica, incluidos ya en la declaración Gravissimum Educationis (1965), sobre la educación cristiana: la importancia de la familia como la principal educadora, la importancia de la educación formal en la escuela y la especificidad de la escuela católica. En los tres puntos destacó la esencialidad de lo diverso como eje de lo formativo. "La expresión 'de diversa índole y condición', es el a priori en el documento, por el que podemos presumir que la homogeneidad no era una condición inicial para pensar en la educación", indicó.
La nota distintiva de la calidad en la escuela católica, explicó, es "crear un ambiente de comunidad escolar con el espíritu evangélico de libertad y de caridad". Y en este punto citó el Evangelio según San Mateo para acotar el tipo de libertad y caridad exigente del mismo Jesús: "Si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa vais a tener? ¿No hacen eso mismo también los publicanos? Y si no saludáis más que a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de particular? ¿No hacen eso mismo también los gentiles? Vosotros, pues, sed perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial".
Finalmente, tuvo palabras para el complejo desafío que representa para la educación incluir a niños con necesidades educativas especiales. En este sentido, llamó a tomar como ejemplo el caso del Liceo Sara Blinder, que acoge a estudiantes con déficit motor y auditivo. Allí los dos especialistas enseñaron el lenguaje de señas, y como resultado hoy más del 75% de las alumnas sabe comunicarse con alguna fluidez con sus compañeras incluidas. "Sí, se necesitan expertos", señaló, "pero la actitud inicial fue de acogida, fue lo que primó".
Fuente: Comunicaciones Iglesia de Santiago
www.iglesiadesantiago.cl