Comunidades provenientes del norte y sur del país se congregaron en la Catedral Metropolitana el sábado 6 de septiembre para celebrar los 100 años del natalicio del siervo de Dios, sacerdote Esteban Gumucio. La Eucaristía fue presidida por monseñor Fernando Ramos, Obispo Auxiliar y Vicario General de Santiago, y concelebrada por el Padre Alex Vigueras SSCC, provincial de la Congregación de los Sagrados Corazones, y el Padre Rafael Domínguez SSCC, vicepostulador de la causa de beatificación del Padre Esteban.

En la homilía, monseñor Fernando Ramos repasó la biografía del Padre Esteban destacando que su vida no fue fácil, pues cuando era adolescente tuvo que sufrir el exilio y la repentina muerte de su querida madre. También recordó que a muy temprana edad fue nombrado superior de la congregación y luego maestro de novicios, para después fundar la Parroquia San Pedro y San Pablo en la zona sur de Santiago. La muerte lo encontró un 6 de mayo de 2001, domingo del Buen Pastor.

Monseñor Ramos recordó que conoció al padre Esteban en 1978, cuando en la Catedral se entonó la Cantata por los Derechos Humanos en el contexto del Simposio organizado por la Iglesia Católica dedicado al tema. "Me impactó profundamente el texto que hizo el Padre Esteban porque mostraba las consecuencias dramáticas del odio fraticida entre los seres humanos". Explicó que "un poeta se parece mucho a un profeta, porque es capaz de escuchar, atender y comprender las situaciones en las cuales los seres humanos están viviendo". "Es más –continuó- el poeta es capaz de escribir textos a partir de palabras que todos conocemos, pero hacerlo de tal forma que solo él pueda dar un sentido de belleza, de coherencia y transmitir un mensaje". Nosotros podemos gozar de su obra, principalmente en muchas de las canciones que entonamos no solo en Chile, manifestó. En este sentido destacó el poema "Algo le ha pasado a mi muerte futura con la resurrección de Jesús", pues allí el Padre Esteban pudo transmitir el gozo enorme de tener una fe fundada en la resurrección de Jesucristo, dijo Monseñor Ramos.

Fuente: Comunicaciones Santiago