Invitamos a las familias y comunidades de los colegios de las SECST a sumarse a esta actividad pastoral organizada el Departamento de Animación Bíblica de la Pastoral del Arzobispado de Santiago.
Septiembre es el mes de la Biblia, periodo muy significativo en el acercamiento universal de los fieles a la Sagrada Escritura: el 30 se celebra la festividad de san Jerónimo, quien tradujo la Biblia del hebreo y del griego al Latín, La Vulgata, en el año 450 aproximadamente; y el 26 del año 1569, se terminó de imprimir totalmente la primera Biblia en español llamada "Biblia del Oso".
Katiuska Cáceres Pavez, Directora del Departamento de Animación Bíblica de la Pastoral del Arzobispado de Santiago, manifiesta que este mes es una invitación a remar mar adentro. "Queremos invitar a todos los agentes pastorales a reunirse con sus familias, amigos y vecinos para reflexionar y orar la vida a la luz de la Palabra de Dios".
"Los creyentes podemos animar bíblicamente la vida y la misión de las comunidades, en primer lugar reflexionando y recreando cómo Jesús vivía y transmitía la Palabra de Dios a las comunidades de su época y, simultáneamente, dando testimonio de esa Palabra en medio de las realidades del mundo", sostuvo.
A modo de guía para celebrar en las comunidades este mes, Katiuska Cáceres sugirió la siguiente pauta:
¿Cómo podemos ser discípulos y misioneros en medio del mundo?
1. Meditando constantemente la Palabra de Dios. Leyendo y meditando diariamente la Palabra de Dios, al estilo de Jesús que meditaba la Palabra de Dios en sintonía con la vida y los contextos históricos que él vivió (Is 50,4-7).
2. Fortaleciendo el ambiente comunitario. Jesús nunca evangelizó solo, el ambiente comunitario marcaba su vida y la vida de las primeras comunidades cristianas (Hech 2,42-47; 4,32-37)
3. Creando un ambiente orante y celebrativo. En la vida de Jesús el ambiente orante y celebrativo de la Palabra era diario, semanal y anual.
4. Meditando la Biblia para interpretar a vida. Jesús tenía una preocupación constante en adherir la Biblia con la vida del pueblo, su mensaje no es ahistórico, lo mismo se verifica entre los primeros cristianos (Hech 4,25-28)
5. Fomentando el amor por la naturaleza. La naturaleza creada es la primera manifestación de la Palabra de Dios, por lo tanto la ecología ambiental, política, social, mental e integral son expresión de amor y corresponsabilidad por la creación (Gn 1).
6. Viviendo en obediencia al Espíritu Santo. Jesús conocía la Biblia, era el libro de su familia, de su pueblo. El Espíritu Santo nos ayuda a entender lo que leemos, y nos recuerda a través de muchas situaciones lo que está escrito. Cuando Jesús dejó a los discípulos, les dijo que Dios enviaría el Espíritu Santo sobre ellos: "El Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él les enseñará todas las cosas, y les recordará todo lo que yo les he dicho.» (Juan 14, 26).
7. Evitando el fundamentalismo bíblico. El fundamentalismo aísla la Palabra del contexto de vida y de la comunidad, en que ella fue pronunciada. En la época de Jesús había muchos fundamentalismos: los que colocaban la ley del sábado por encima de la vida (Mc 2,27); los que preferían la doctrina humana al mandamiento de Dios (Mc 7,8.13).
8. Generando nuevas presencias pastorales. Jesús no se limitó al espacio sagrado de la Sinagoga. Estaba siempre andando de un lugar para otro. El crea nuevas formas de anunciar la Palabra: visitaba las casas de su pueblo, daba de comer a los pobres y curaba a los enfermos... Esta misma actividad debemos realizar como misioneros de Jesucristo (Hech 16,15.40; Rm 16,5.14.15)
9. Viviendo la celebración Eucarística profundamente unida a la celebración de la Palabra. En la descripción del encuentro de Jesús con los discípulos de Emaús, Lucas nos señala cómo debe ser la vida del discípulo misionero. 1°Encontrarse con el hermano: Jesús sale al encuentro, camina con ellos y les pregunta ¿De qué van conversando?, 2°Vivir y anunciar la Palabra: Les explicó lo que en toda la Escritura se refería a él. Los discípulos sentían arder su corazón mientras les explicaba la Escrituras. 3) Celebrar la Eucaristía: Mientras estaba en la mesa tomó el pan, lo bendijo, lo partió y se lo dio. Entonces se les abrieron los ojos y lo reconocieron. 4) Vida comunitaria y Misión: Se levantaron al instante, volvieron a Jerusalén y encontraron a los Once con los demás compañeros, que afirmaban Realmente ha resucitado el Señor.
10. Generando una Pastoral de inclusión. A partir de su experiencia de hijo y transmitir la imagen de Dios-Padre misericordioso, Jesús acogía a los leprosos, samaritanos, mujeres, niños, publicanos, pecadores, prostitutas, Jesús los acoge y los invita a integrarse en la vida comunitaria, probemos vivir esta experiencia de Jesús.
Fuente: Comunicaciones Iglesia de Santiago