Ese fue el título de la reunión en que representantes de diversos colegios católicos de Santiago exhibieron experiencias con admisión no selectiva, necesidades educativas especiales e interculturalidad. "La diferencia es una oportunidad de enriquecimiento", señaló el P. Tomás Scherz, Vicario para la Educación.
Por Sebastián Gallegos Sánchez
"Como Iglesia hemos hecho una apuesta por educar con buena calidad a todos los chilenos, preferentemente a quienes más lo necesitan. Queremos ser enfáticos en decir que esa buena calidad tiene que estar al servicio de todos, sin ningún tipo de exclusión", dijo el P. Tomás Scherz, Vicario para la Educación, tras el encuentro arquidiocesano de directores colegios católicos que se realizó con el lema "La inclusión, expresión de nuestra identidad católica", el miércoles 14 de mayo, en el Colegio de los Sagrados Corazones de Alameda.
Cerca de ciento cincuenta directivos, encargados de Unidades Técnicas Pedagógicas, Orientadores y Encargados de Convivencia y Formación dialogaron sobre la inclusión como característica fundamental de la Escuela Católica, en una actividad que convocó a los medios de comunicación y contó con la presencia de Naschla Aburman, presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica (FEUC).
Un desafío para la Escuela Católica
"La acogida, la cercanía, el reconocimiento del valor del otro, independiente de las características, procedencia o incluso comportamiento de sus interlocutores, marcaron la forma en que Jesús se relacionó con las personas de su época", recordó el Vicario Tomás Scherz al inicio de la actividad. Por ello, indicó, las diferencias, más que dificultades, son "una oportunidad de enriquecimiento, de reconocimiento de la diversidad de dones y talentos que pueden ser puestos al servicio de todos", señaló.
Utilizando como base la Gravísimum Educationis, texto inspirador del Concilio Vaticano II, que entrega los principios de la Escuela Católica, entre ellos, que ella "fomenta el trato amistoso entre los alumnos de diversa índole y condición, contribuyendo a la comprensión mutua", el P. Scherz explicó que "si un colegio católico quiere ser realmente un colegio de excelencia, tal como lo establece y a lo que nos desafía el magisterio de la Escuela Católica, tiene aquí un desafío no menor en la inclusión".
Tres representantes de experiencias inclusivas expusieron en este sentido: Isabel Zúñiga, presidenta de Fundación mis Talentos, lo hizo acerca de "La inclusión de niños y jóvenes con necesidades educativas especiales". Gastón González, Coordinador de Incidencia y de Sensibilización, ONG Ciudadano Global – Servicio Jesuita a Migrantes y Refugiados, realizó la presentación titulada "Desarrollo de la interculturalidad: inclusión de personas y sus culturas". La directora del Colegio Calasanz, por su parte, explicó su experiencia de "Admisión no selectiva y apoyo durante todo el proceso educativo".
Tras ello, se dio paso a un trabajo grupal de asistentes que apuntó a sintetizar esos contenidos para aplicarlos a la realidad concreta de sus respectivas comunidades educativas.
Al final del encuentro, Naschla Aburman, presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica (FEUC), en una conferencia de prensa conjunta con el P. Tomás Scherz y algunas directoras, indicó que "creemos que la diversidad enriquece nuestra formación y aprendizaje en la sala de clases, por eso es necesario terminar con los guettos educacionales, no podemos seguir viviendo y formándonos en burbujas".
Como apuntaba el Vicario para la Educación en su motivación inicial: "Si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa vais a tener? ¿No hacen eso mismo también los gentiles? Vosotros, pues, sed perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial" (Mt, 46-48). Y agregaba: "Aquí está el desafío que hoy queremos reflexionar y que deseamos podamos incorporar cada vez más. Quizá es aquí incluso donde descubrimos el elemento fundamental de cualquier selección, pero el de la familia o el del que desea la educación de sus hijos: una calidad que se funda en la caridad inteligente, inclusiva, convivencial, afectiva y libre. La del Señor, como en el taller de Nazaret, en la vecindad de Tiberíades, en la sociedad de Galilea, en el camino a Jerusalén, en la cruz de la ignominia y la Resurrección Gloriosa".
Fuente: Comunicaciones Iglesia de Santiago