Durante ocho días estuvieron en la localidad rural de Bella Unión, en la diócesis de Talca.
Hasta el sector rural de Bella Unión, a 20 kilómetros de Santa Clemente, en la diócesis de Talca, VII Región, llegaron 22 alumnos y alumnas del José Domingo Cañas para misionar y realizar trabajo voluntario en este sector. Los jóvenes, de segundo a cuarto medio, fueron acompañados por el profesor Marco Soto, la Profesora Alodia Cárdenas, y por la directora de Pastoral del liceo, Hna. Rosa Carrasco.
Durante 8 días, del 12 al 19 de enero, el grupo recorrió el lugar, casa por casa, llevando una palabra de aliento y esperanza a sus habitantes, la mayoría temporeros y trabajadores agrícolas. Luego, los invitaban a la capilla a participar de catequesis y cursos de formación relacionadas con la Palabra, la fe, la comunidad y los sacramentos. "Todos los días tenemos momentos de oración y también hemos celebrado la Santa Misa, especialmente cuando tuvimos la visita del capellán de nuestro colegio, Padre Luis Rubio, quien nos acompañó por algunos días", cuenta la Hna. Rosa.
Todo el grupo participó, además, en trabajos de reparación de la capilla, en remozarla y pintarla, y hasta en desmalezarla. "Hemos trabajo harto", dijo Diego Rular, alumno de tercero medio. "Es primera vez que participo y ha sido una experiencia gratificante y muy enriquecedora".
A Camila Matus, alumna de tercer medio, le ha impresionado la buena acogida y amabilidad de los habitantes del sector. "Son personas muy cariñosas, que nos acogen muy bien. Me ha llamado profundamente la atención la cantidad de personas enfermas de cáncer. Ellas se emocionan mucho con nuestras visitas, nosotros conversamos y le damos fuerzas para seguir adelante".
Alodia Cárdenas, profesora de Lenguaje, también está impresionada por la cantidad de enfermos que hay en el sector. "Dicen que es por uso de los pesticidas en el campo. Me ha impresionado mucho ver tantos enfermos. Los hemos visitados a todos, hemos conversado con ellos y juntos hemos rezado por su salud".
Todos los participantes de esta experiencia misionera se sienten agradecidos por la acogida recibida y por el cariño de la gente. "Me emociona ver tanto cariño de la gente. Creo que hemos recibido mucho de parte de ellos. Ha sido una experiencia muy enriquecedora para mí", dice Camila. Su compañero Diego piensa lo mismo, "ha sido muy gratificante, he recibió más de lo que he podido dar", señala.
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