Con un gimnasio repleto de invitados, el Complejo Educacional Monseñor Luis Arturo Pérez celebró al mediodía de este miércoles 4 de septiembre sus 50 años de existencia. Hubo representaciones de todos los estamentos del colegio, de ex alumnos, ex directivos y ex profesores, representantes de organizaciones sociales de la población José María Caro, y también directos docentes de los colegios de la Fundación Educacional Sociedad de Escuelas Católicas Santo Tomás de Aquino, de la cual este colegio forma parte.

La eucaristía fue presidida por el Arzobispo de Santiago, monseñor Ricardo Ezzati, y concelebrada por los sacerdotes Renato Gavio, Serio Nasser, Manuel Martínez Iván Leng y José Antonino Varas.

Tres mensajes

En su homilía, monseñor Ezzati se dirigió en forma especial a los alumnos y les dijo que en esta celebración debieran tener presente tres mensajes: gratitud, responsabilidad y solidaridad.

“La acción de gracias es la virtud más bella de la persona. Es saber dar gracias a Dios por todo los dones que nos regala, especialmente por el donde de la vida. Quien tiene la capacidad de agradecer es aquel que es capaz de abrir sus ojos y su corazón para agradecer a Dios por todo lo que cada día nos regala. La vida es un regalo. Este colegio que les hace crecer como persona es un regalo. Les reitero que una de las virtudes nobles es aprender a decir gracias. Por eso, hoy damos gracias por los 50 años de este colegio donde ustedes vienen a aprender a vivir de acuerdo a los valores del Evangelio y de acuerdo a la dignidad que cada uno de ustedes tiene”, dijo el Arzobispo de Santiago.

En cuanto a la responsabilidad, señaló que como estudiantes están todos llamados a ser responsables. “Ustedes son los primeros responsables de sus propias vidas, deben tomar el peso de este don que han recibido. Ustedes deben responsables en sus estudios, en su formación como personas integras, en la construcción de esta obra de arte que son cada uno de ustedes”.
También los llamó a ser personas solidarias. “Este colegio nació como fruto de la solidaridad promovida por un sacerdote, Monseñor Luis Arturo Pérez. Sin solidaridad, sin abrir los ojos y el corazón a los demás, sin ponerse en el lugar del otro, no es posible construir una nueva sociedad nueva, una sociedad más fraterna y justa, donde reine el amor al prójimo, al más necesitado (…) El Señor les ha puesto talentos en sus manos, pongan esos talentos al servicio de los demás”, manifestó el Arzobispo de Santiago.

Por último, Monseñor Ezzati también formuló un llamado a los profesores y a los padres de familia para que trabajen en forma conjunta por el bien de sus alumnos e hijos. “No solo importa la calidad de la educación que se entrega, no solamente importante el rendimiento y los buenos resultados en las pruebas. Hay que preocuparse de que estos niños, niñas y jóvenes crezcan en su integridad y como personas de fe”.

El Arzobispo de Santiago también tuvo palabras de gratitud para las religiosas de Nuestra Señora de la Consolación por el trabajo pastoral que realizan por más de 20 años en este establecimiento.

La historia

Al término de la eucaristía, el Gerente Ejecutivo de la Fundación Educacional Sociedad de Escuelas Católicas Santo Tomás de Aquino, Juan Carlos Gutiérrez, agradeció a nombre de esta institución el valioso aporte que el Complejo Educacional Monseñor Luis Arturo Pérez ha realizado a lo largo de estos 50 años en beneficio de tantos miles de niños y jóvenes de sectores populares.

“Este colegio cumple cabalmente con el sueño – y por sobre todo con el espíritu- de quienes hace 143 años crearon la Sociedad de Escuelas Católicas Santo Tomás de Aquino, con la finalidad de educar y formar a niños, niñas y jóvenes de los sectores más pobres de nuestra sociedad. Y así ha sido la historia de estos 50 años de este establecimiento educacional que nació y ha crecido junta a esta querida población José María Caro”.
Juan Carlos Gutiérrez recordó que “apenas se establecían los primeros habitantes de esta población, por allá por 1959, la Iglesia Católica de Santiago se preocupó de inmediato por educar y formar a los hijos e hijas de quienes fueron erradicados y que constituyó el mayor emplazamiento humano de la época”. “

“Fue el visionario sacerdote Monseñor Luis Arturo Pérez, por entonces presidente de la Sociedad de Escuelas Católicas Santo Tomás de Aquino, quien decide en a mediados de 1962, crear un colegio en medio de esta naciente población, en terrenos donados por la Unión Ferroviaria (asociación gremial que agrupaba a trabajadores de la Empresa de Ferrocarriles) y por la Junta de Vecinos. Meses después, en marzo de 1963 el colegio abría sus puertas, como Escuela Nº 68, para primeros, segundos y terceros básicos, bajo la dirección de la Congregación “Hermanas Franciscanas Misioneras de María”. Hoy el colegio forma parte de la Fundación Educacional Sociedad de Escuelas Católicas de Santo Tomás de Aquino. En tanto, el trabajo pastoral está a cargo de religiosas de la Congregación Nuestra Señora de la Consolación”, agregó el Gerente Ejecutivo de la SECST.

A 50 años de su fundación, el Complejo Educacional Monseñor Luis Arturo Pérez cuenta con dos mil cien alumnos, distribuidos en 50 cursos: 4 Pre kínder; 4 Kínder; 30 cursos de Educación Básica y 12 en Educación Media. Los Terceros y Cuartos Medios pertenecen a la modalidad Técnico Profesional, en la especialidad de Administración.

Como lo dijera recientemente su director, don Luis Gianelli, en un emotivo reportaje en Televisión Nacional de Chile, “Desde sus inicios se caracteriza por ser un colegio de Iglesia y por tener un gran prestigio en la comunidad; debe parte de su existencia a los trabajadores ferroviarios que donaron los terrenos para construirlo”.

El prestigio del colegio, conocido como la universidad de La Caro, entre los habitantes del sector, está dado por la formación integral que proporciona a sus estudiantes, por los buenos resultados académicos obtenidos en las distintas mediciones nacionales e internacionales, por la inserción exitosa de sus titulados en el campo laboral, su excelente infraestructura, la participación en las actividades de la comuna y por la acogida que se brinda a los padres de familia. Nos sentimos orgullosos de cumplir con esta misión que la Iglesia nos ha entregado y que no es otra que producir movilidad social formando a los alumnos en los grandes valores del evangelio, y teniendo presente la Pedagogía de Jesús. Esa es nuestra gran motivación. Que nuestros niños y niñas lleguen a ser hombres y mujeres íntegros y felices, buenos profesionales y personas de fe.

La celebración terminó con las palabras del rector del establecimiento, Luis Gianelli, quien en forma emotiva fue dando gracias a todos aquellas personas que han hecho grande a este colegio.”Gracias a las Hermanas de La Consolación, a nuestros alumnos, profesores, administrativos, auxiliares. ¡Gracias a Jesús que tanto a nos ha regalado a través de esta familia que es nuestro colegio. Nuestra misión es fortalecer estas obras de artes que son nuestros alumnos. Tenemos buenos alfareros. Mi sueño es que nuestros niños sean jóvenes felices y solidarios”.

Comunicaciones SECST